José María Trigueros: de novillero con temple a matador de toros
José María Trigueros nació el 6 de diciembre de 1998 en Javalí Nuevo, pedanía de Murcia que ha visto crecer a toreros de afición tardía pero honda. No procedía de una estirpe taurina; más bien, su vocación nació de la fascinación infantil por el paseíllo, el redoble del clarín y la expectación que precede a la lidia. Ese embrujo, mezcla de rito y riesgo, lo condujo en 2013 a la Escuela de Tauromaquia de la Región de Murcia, donde aprendió que el toreo es, antes que un oficio, una forma de vida.
Desde muy joven, Trigueros se aferró a la disciplina con la paciencia de quien sabe que cada muletazo exige una verdad distinta. No hubo herencias familiares ni atajos: su historia fue la de un muchacho que eligió enfrentarse al toro desde la raíz, apoyado en el temple y la serenidad. Años después recordaría que triunfar en Murcia es como pedir una tarrina de helado con una bola de gloria y otra de recompensa. La metáfora, dicha con media sonrisa, resumía la exigencia de un público que mide cada detalle y no regala nada.
Debut y primeros pasos
En 2017 se presentó como novillero sin caballos, iniciando una carrera que pronto lo situó entre los valores emergentes del sureste español. En 2019 debutó con picadores en la plaza de Murcia, y dos años más tarde alcanzó la final del Certamen de Novilladas “Villa de Blanca”. Ese mismo año dejó huella en Alcantarilla, donde su faena caló hondo y él mismo confesó: “La tarde de Alcantarilla no se me va a olvidar en la vida”.
Un estilo clásico y sincero
Su concepto del toreo se ha forjado desde la búsqueda de lo puro: muletazos largos, naturales, ligados, con un poso de clasicismo que remite a un tiempo donde la estética y la verdad se daban la mano. El temple se convirtió en su bandera, y con él fue conquistando cosos de Murcia y de la Comunidad Valenciana. Como cronista taurino, me atrevo a decir que en Trigueros late la vieja aspiración del toreo eterno: no sorprender con artificios, sino emocionar con la verdad desnuda del cite.
La alternativa en Abarán
El 27 de septiembre de 2025 quedó marcado como su día grande. En la plaza de Abarán tomó la alternativa con Sebastián Castella como padrino y Tomás Rufo de testigo, estoqueando toros de Buenavista. El de la ceremonia fue “Lustroso”, número 17, negro bragado, al que cortó una oreja. En su segundo también paseó trofeo, redondeando una tarde de madurez. La corrida tuvo además un episodio histórico: el indulto de “Minucioso” por parte de Rufo, que junto a Castella salió en hombros. Trigueros, con emoción contenida, resumió la jornada como “el día más esperado desde que tengo uso de razón”.
Un futuro abierto
Con la alternativa en la mano, José María Trigueros inicia un nuevo capítulo como matador de toros. La suya es la historia de un joven que, partiendo de orígenes humildes, supo hacerse un hueco en la tauromaquia gracias a la constancia y al respeto por la tradición. Su meta ahora es consolidarse en las grandes ferias y defender con orgullo la bandera murciana en los ruedos. En él se adivina no solo la promesa de un torero, sino también la inspiración de una generación que encuentra en la tauromaquia un espejo de identidad y cultura.
José María Trigueros: de novillero con temple a matador de toros
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