Nunca sentí piedad por un torero y hasta pensé, a veces, que era buena su muerte...
Publicado: Jue Oct 26, 2023 8:59 pm
Nunca sentí piedad por un torero y hasta pensé, a veces, que era buena su muerte, por el pobre toro traicionado
Esta es una cita del poeta Juan Ramón Jiménez, antitaurino, sobre la tauromaquia. Y esta respuesta surge al hilo de este tuit Y esta es la respuesta a esa "frase cortada" de Juan Ramón Jiménez
No es obligatoria la afición a los toros; tampoco es obligado entender el arte de la tauromaquia. Sí es obligado respetar los sentimientos artísticos de otras personas -no es necesario compartirlos-; o rebatir esa expresión artística de la que no gusta, rebatir de forma humana.
Si este del burro Platero -que no entiende ni comprende la tauromaquia- se permite sentenciar a muerte a quien discrepa es porque estamos ante el desvarío en una frase; o el desvarío de una obra; o el desvarío de Juan Ramón Jiménez.
Y de esos desvaríos surgen los que igualan a las mujeres con las mulas, o con los camellos, o con los perros, porque piensan que las bestias tienen los mismos derechos que las personas.
Y de esos desvaríos surgen los supremacistas; aquellos que piensan que su poesía, su libro, su arte, o su raza, está por encima de la poesía, de los libros, o de la raza de otras personas.
Que la cultura nos salvaguarde de esos supremacistas que piensan así. Y que la cultura y el respeto nos guarden de los que elaboran frases lapidarias "recortadas" de los poemas, párrafos o pensamientos de otras personas.
Como en este caso parece que han hecho con una frase de Juan Ramón Jiménez. Porque el autor de Platero habla así, cuando dice aquello, y esta es la frase completa: ¡Los pobres! Nunca sentí piedad por un torero y hasta pensé, a veces, que era buena su muerte por el pobre toro traicionado. Esta noche, al verlos, tan solos, tan agonizantes, tan caídos, con su plata y su oro funerarios, los he sentido un poco héroes.
El autor de Platero y yo, en ese momento, empatiza con los toreros "los he sentido un poco como héroes". Y aquí cambia todo el sentido de la cita completa de Juan Ramón Jiménez.
Quienes no obstante a esta aclaración optan por "recortar" la cita y convertir en un supremacista a Juan Ramón Jiménez están equivocados; están faltos de argumentos; y están faltos de la empatía y el respeto necesario para algo tan básico como el diálogo. No sólo el diálogo sobre toros. Acaso también, diálogo sobre ideas, o diálogo para resolver cuestiones prácticas. Son las cosas de los supremacistas, los que se sienten superiores a sus semejantes porque tienen distintos gustos artísticos o son aficionados a distintos equipos de fútbol.
Esta es una cita del poeta Juan Ramón Jiménez, antitaurino, sobre la tauromaquia. Y esta respuesta surge al hilo de este tuit Y esta es la respuesta a esa "frase cortada" de Juan Ramón Jiménez
No es obligatoria la afición a los toros; tampoco es obligado entender el arte de la tauromaquia. Sí es obligado respetar los sentimientos artísticos de otras personas -no es necesario compartirlos-; o rebatir esa expresión artística de la que no gusta, rebatir de forma humana.
Si este del burro Platero -que no entiende ni comprende la tauromaquia- se permite sentenciar a muerte a quien discrepa es porque estamos ante el desvarío en una frase; o el desvarío de una obra; o el desvarío de Juan Ramón Jiménez.
Y de esos desvaríos surgen los que igualan a las mujeres con las mulas, o con los camellos, o con los perros, porque piensan que las bestias tienen los mismos derechos que las personas.
Y de esos desvaríos surgen los supremacistas; aquellos que piensan que su poesía, su libro, su arte, o su raza, está por encima de la poesía, de los libros, o de la raza de otras personas.
Que la cultura nos salvaguarde de esos supremacistas que piensan así. Y que la cultura y el respeto nos guarden de los que elaboran frases lapidarias "recortadas" de los poemas, párrafos o pensamientos de otras personas.
Como en este caso parece que han hecho con una frase de Juan Ramón Jiménez. Porque el autor de Platero habla así, cuando dice aquello, y esta es la frase completa: ¡Los pobres! Nunca sentí piedad por un torero y hasta pensé, a veces, que era buena su muerte por el pobre toro traicionado. Esta noche, al verlos, tan solos, tan agonizantes, tan caídos, con su plata y su oro funerarios, los he sentido un poco héroes.
El autor de Platero y yo, en ese momento, empatiza con los toreros "los he sentido un poco como héroes". Y aquí cambia todo el sentido de la cita completa de Juan Ramón Jiménez.
Quienes no obstante a esta aclaración optan por "recortar" la cita y convertir en un supremacista a Juan Ramón Jiménez están equivocados; están faltos de argumentos; y están faltos de la empatía y el respeto necesario para algo tan básico como el diálogo. No sólo el diálogo sobre toros. Acaso también, diálogo sobre ideas, o diálogo para resolver cuestiones prácticas. Son las cosas de los supremacistas, los que se sienten superiores a sus semejantes porque tienen distintos gustos artísticos o son aficionados a distintos equipos de fútbol.