El poeta maldito de Málaga: vida y muerte de José María Hinojosa
Publicado: Vie Ago 22, 2025 7:32 pm
El poeta maldito de Málaga: vida y muerte de José María Hinojosa
Datos personales y formación
José María Hinojosa Lapesa nació en Málaga el 13 de agosto de 1904, en el seno de una familia de terratenientes acomodados. Su infancia se repartió entre la finca familiar en la vega de Antequera y la ciudad de Málaga, donde se impregnó tanto del paisaje rural como del ambiente cultural urbano. Desde temprano mostró inclinaciones hacia la literatura, que convivieron con la disciplina de los estudios de Derecho que inició en Granada y culminó en Madrid.
En Granada trabó amistad con Federico García Lorca y coincidió con otros jóvenes artistas de espíritu renovador. De regreso a Málaga mantuvo lazos con el ambiente intelectual de la ciudad y comenzó a forjar una sensibilidad que unía el apego al mundo agrícola y taurino con la apertura a las corrientes vanguardistas.
Ambiente literario y primeras obras
En los años veinte se integró en los círculos literarios que darían forma a la llamada Generación del 27. Sus primeras publicaciones, Poemas del campo (1925) y La rosa de los vientos (1926), reflejan la herencia del neopopularismo: versos que dialogaban con la tradición andaluza, con ecos de lo rural y lo taurino, pero al mismo tiempo con una mirada renovada. En 1928 publicó Orillas de la luz, obra que marcaba un punto de transición hacia búsquedas más arriesgadas.
En ese periodo alternaba sus estudios y ejercicio de abogado con estancias en Madrid, donde se sumaba a tertulias y reuniones con poetas y artistas como Alberti, Dalí o Buñuel. Fue un tiempo de entusiasmo compartido, donde la poesía española se adentraba en caminos de ruptura con el simbolismo y el modernismo tardío.
El salto al surrealismo
Hinojosa se volcó en la experimentación con La flor de Californía (1928), considerada una de las primeras obras surrealistas en castellano. Allí irrumpieron imágenes violentas, asociaciones oníricas y un lenguaje que desbordaba la lógica. Fue el resultado de su contacto con las nuevas corrientes francesas y de su propia inquietud por explorar el subconsciente.
Este giro no lo alejó de sus raíces andaluzas ni de la simbología taurina, que seguía apareciendo como metáfora de lucha, sacrificio y arte total. Su poesía mostraba la tensión entre lo ancestral y lo vanguardista, entre la plaza de toros de su Málaga natal y los manifiestos surrealistas de París.
El viaje a la URSS (1930)
En 1930 participó en el primer viaje turístico organizado a la Unión Soviética. Fue un episodio insólito: los viajeros españoles visitaron Moscú y Leningrado en plena efervescencia del régimen estalinista. La anécdota más recordada fue la de Hinojosa entrando vestido de torero en algunos actos, desafiando la solemnidad soviética con un gesto tan provocador como simbólico.
Al inicio mostró simpatías por el comunismo, compartiendo con otros intelectuales la fascinación por la revolución. Sin embargo, la experiencia lo marcó profundamente: la pobreza, el control político y la falta de libertad lo llevaron pronto al desencanto. A su regreso, su visión política giró hacia posturas conservadoras, generando incomodidad entre sus antiguos compañeros de generación.
Trayectoria profesional y empresarial
Al margen de la literatura, Hinojosa ejerció como abogado en Málaga y se vinculó al sector asegurador. Fue uno de los fundadores de la empresa MAPFRE en la ciudad, participando en su primera etapa organizativa. Esa faceta empresarial, poco conocida, mostraba su voluntad de unir cultura y acción económica, con los pies en el campo y la mirada en el desarrollo moderno de la sociedad malagueña.
Afición taurina
Su pasión por la tauromaquia fue constante. Creció asistiendo a los festejos de La Malagueta y en su poesía aparecen imágenes taurinas tanto en clave lírica como en asociaciones surrealistas. El toro, la sangre, el ruedo y la liturgia del toreo emergen como metáforas de sacrificio, deseo y belleza peligrosa. Para Hinojosa, el toreo era un espejo de la vida: un espacio donde tradición y modernidad se enfrentaban con la misma intensidad con que él conjugaba su vida de jurista serio y poeta desbordado. El gesto de presentarse vestido de torero en la URSS es también un símbolo de esa identificación: el traje de luces como afirmación de identidad frente al gris ideológico soviético.
Últimos años y muerte
En los primeros años de la década de 1930, Hinojosa se distanció del grupo del 27. Mientras Lorca, Alberti o Aleixandre continuaban su camino, él se fue recluyendo en Málaga, cada vez más cercano a los círculos católicos y conservadores. El ambiente político de la República lo encontró en una posición ambigua: desencantado de la izquierda revolucionaria, pero todavía vinculado a su generación artística.
Con el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936, Hinojosa fue detenido en Málaga por milicianos republicanos. El 22 de agosto de ese año, con apenas 31 años, fue fusilado en las tapias del cementerio de San Rafael. Su muerte temprana lo hermanó, en distinto signo ideológico, con tantos otros escritores españoles de la época que quedaron truncados por la violencia.
Legado
La figura de José María Hinojosa permaneció en la sombra durante décadas, olvidada tanto por los vencedores como por los vencidos. Solo a finales del siglo XX su obra fue recuperada en ediciones críticas y estudios que lo colocaron en el lugar que merece: el primer surrealista en lengua española, un poeta de frontera entre lo popular y lo vanguardista, un hombre de contradicciones que encarnó la intensidad y la tragedia de su tiempo.
Su biografía nos deja la imagen de un joven malagueño que quiso ser abogado, empresario, poeta, revolucionario y, sobre todo, testigo de su tiempo. Su pasión taurina, su surrealismo y su vida breve lo convierten en una figura irrepetible, con la fuerza de los que viven demasiado deprisa y quedan atrapados para siempre en la memoria de una generación rota.
Datos personales y formación
José María Hinojosa Lapesa nació en Málaga el 13 de agosto de 1904, en el seno de una familia de terratenientes acomodados. Su infancia se repartió entre la finca familiar en la vega de Antequera y la ciudad de Málaga, donde se impregnó tanto del paisaje rural como del ambiente cultural urbano. Desde temprano mostró inclinaciones hacia la literatura, que convivieron con la disciplina de los estudios de Derecho que inició en Granada y culminó en Madrid.
En Granada trabó amistad con Federico García Lorca y coincidió con otros jóvenes artistas de espíritu renovador. De regreso a Málaga mantuvo lazos con el ambiente intelectual de la ciudad y comenzó a forjar una sensibilidad que unía el apego al mundo agrícola y taurino con la apertura a las corrientes vanguardistas.
Ambiente literario y primeras obras
En los años veinte se integró en los círculos literarios que darían forma a la llamada Generación del 27. Sus primeras publicaciones, Poemas del campo (1925) y La rosa de los vientos (1926), reflejan la herencia del neopopularismo: versos que dialogaban con la tradición andaluza, con ecos de lo rural y lo taurino, pero al mismo tiempo con una mirada renovada. En 1928 publicó Orillas de la luz, obra que marcaba un punto de transición hacia búsquedas más arriesgadas.
En ese periodo alternaba sus estudios y ejercicio de abogado con estancias en Madrid, donde se sumaba a tertulias y reuniones con poetas y artistas como Alberti, Dalí o Buñuel. Fue un tiempo de entusiasmo compartido, donde la poesía española se adentraba en caminos de ruptura con el simbolismo y el modernismo tardío.
El salto al surrealismo
Hinojosa se volcó en la experimentación con La flor de Californía (1928), considerada una de las primeras obras surrealistas en castellano. Allí irrumpieron imágenes violentas, asociaciones oníricas y un lenguaje que desbordaba la lógica. Fue el resultado de su contacto con las nuevas corrientes francesas y de su propia inquietud por explorar el subconsciente.
Este giro no lo alejó de sus raíces andaluzas ni de la simbología taurina, que seguía apareciendo como metáfora de lucha, sacrificio y arte total. Su poesía mostraba la tensión entre lo ancestral y lo vanguardista, entre la plaza de toros de su Málaga natal y los manifiestos surrealistas de París.
El viaje a la URSS (1930)
En 1930 participó en el primer viaje turístico organizado a la Unión Soviética. Fue un episodio insólito: los viajeros españoles visitaron Moscú y Leningrado en plena efervescencia del régimen estalinista. La anécdota más recordada fue la de Hinojosa entrando vestido de torero en algunos actos, desafiando la solemnidad soviética con un gesto tan provocador como simbólico.
Al inicio mostró simpatías por el comunismo, compartiendo con otros intelectuales la fascinación por la revolución. Sin embargo, la experiencia lo marcó profundamente: la pobreza, el control político y la falta de libertad lo llevaron pronto al desencanto. A su regreso, su visión política giró hacia posturas conservadoras, generando incomodidad entre sus antiguos compañeros de generación.
Trayectoria profesional y empresarial
Al margen de la literatura, Hinojosa ejerció como abogado en Málaga y se vinculó al sector asegurador. Fue uno de los fundadores de la empresa MAPFRE en la ciudad, participando en su primera etapa organizativa. Esa faceta empresarial, poco conocida, mostraba su voluntad de unir cultura y acción económica, con los pies en el campo y la mirada en el desarrollo moderno de la sociedad malagueña.
Afición taurina
Su pasión por la tauromaquia fue constante. Creció asistiendo a los festejos de La Malagueta y en su poesía aparecen imágenes taurinas tanto en clave lírica como en asociaciones surrealistas. El toro, la sangre, el ruedo y la liturgia del toreo emergen como metáforas de sacrificio, deseo y belleza peligrosa. Para Hinojosa, el toreo era un espejo de la vida: un espacio donde tradición y modernidad se enfrentaban con la misma intensidad con que él conjugaba su vida de jurista serio y poeta desbordado. El gesto de presentarse vestido de torero en la URSS es también un símbolo de esa identificación: el traje de luces como afirmación de identidad frente al gris ideológico soviético.
Últimos años y muerte
En los primeros años de la década de 1930, Hinojosa se distanció del grupo del 27. Mientras Lorca, Alberti o Aleixandre continuaban su camino, él se fue recluyendo en Málaga, cada vez más cercano a los círculos católicos y conservadores. El ambiente político de la República lo encontró en una posición ambigua: desencantado de la izquierda revolucionaria, pero todavía vinculado a su generación artística.
Con el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936, Hinojosa fue detenido en Málaga por milicianos republicanos. El 22 de agosto de ese año, con apenas 31 años, fue fusilado en las tapias del cementerio de San Rafael. Su muerte temprana lo hermanó, en distinto signo ideológico, con tantos otros escritores españoles de la época que quedaron truncados por la violencia.
Legado
La figura de José María Hinojosa permaneció en la sombra durante décadas, olvidada tanto por los vencedores como por los vencidos. Solo a finales del siglo XX su obra fue recuperada en ediciones críticas y estudios que lo colocaron en el lugar que merece: el primer surrealista en lengua española, un poeta de frontera entre lo popular y lo vanguardista, un hombre de contradicciones que encarnó la intensidad y la tragedia de su tiempo.
Su biografía nos deja la imagen de un joven malagueño que quiso ser abogado, empresario, poeta, revolucionario y, sobre todo, testigo de su tiempo. Su pasión taurina, su surrealismo y su vida breve lo convierten en una figura irrepetible, con la fuerza de los que viven demasiado deprisa y quedan atrapados para siempre en la memoria de una generación rota.