Cuando un perro es tu hijo, ¿un veterinario es el pediatra?
Publicado: Mié Ago 13, 2025 6:57 pm
Cuando un perro es tu hijo, ¿un veterinario es el pediatra?
La frase hace reír… hasta que deja de ser graciosa. El lugar que antes ocupaba la familia —hijos, sobrinos o nietos— en el afecto de muchas personas urbanas, en pocos años ha sido desplazado por un perro o un gato. El amor al prójimo se diluye: los vecinos descienden en la escala de prioridades; los desconocidos, aún más. Hoy conmueve más la desgracia de un perro que la de una familia que, en otra ciudad o en otro país, ha perdido su hogar.
El rescate de un perro o de un gato que no sabe bajar de un árbol tiene cobertura mediática y provoca avalanchas de likes. Ese rescate adquiere un valor sentimental superior al de salvar a personas víctimas de accidentes de tráfico o catástrofes. En la nueva escala emocional, salvar a un perro es heroísmo; salvar a un hombre, burocracia.
La hojarasca emocional de los animalistas y su punta de lanza —el cine de Hollywood— ha triunfado sobre la información y la reflexión sincera. Mi perro, primero; luego, ya veré. Porque tú, y el resto del mundo, sois extraños.
La frase hace reír… hasta que deja de ser graciosa. El lugar que antes ocupaba la familia —hijos, sobrinos o nietos— en el afecto de muchas personas urbanas, en pocos años ha sido desplazado por un perro o un gato. El amor al prójimo se diluye: los vecinos descienden en la escala de prioridades; los desconocidos, aún más. Hoy conmueve más la desgracia de un perro que la de una familia que, en otra ciudad o en otro país, ha perdido su hogar.
El rescate de un perro o de un gato que no sabe bajar de un árbol tiene cobertura mediática y provoca avalanchas de likes. Ese rescate adquiere un valor sentimental superior al de salvar a personas víctimas de accidentes de tráfico o catástrofes. En la nueva escala emocional, salvar a un perro es heroísmo; salvar a un hombre, burocracia.
La hojarasca emocional de los animalistas y su punta de lanza —el cine de Hollywood— ha triunfado sobre la información y la reflexión sincera. Mi perro, primero; luego, ya veré. Porque tú, y el resto del mundo, sois extraños.