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El voto a Alvise dejará a Sánchez en el Gobierno: campaña anti Alvise

Demasiados gallos en el corral, aunque pequeños; pero Junts, PNV, ERC o Bildu cualquiera de estos gallitos puede tumbar al gallo Sánchez. Además, necesitan marcar territorio: su futuro político depende de un hilo demasiado tenso... y demasiadas tijeras cerca. Sánchez reacciona rápido.

Sánchez ha visto que su carrera política está acabada y más pronto que tarde. Cualquiera de estos cuatro gallitos, y un quinto, Podemos tienen a Sánchez cogido por el cuello y pueden quitarle de la Moncloa. Sánchez está, para evitarlo, en modo electoral.

Y ya no es VOX el enemigo. Haber pactado con ETA tiene un precio para Sánchez. Feijóo podrá pactar con VOX. Pero aún hay partido.

Sánchez confía en que una derecha dividida no alcance mayoría. Si Alvise resta lo justo al PP y VOX, Feijóo no podrá gobernar en solitario. Entonces tendrá que recurrir a partidos como PNV o Junts, que ya han pactado antes con el PSOE. Es, en la práctica, mantener vivo el sanchismo desde otra vía.

Y por eso vamos a ver a Alvise en televisión muy pronto. Eso sí, le caerán encima con todo. Porque si Alvise le quita votos al PP y a VOX en cantidad suficiente, Feijóo puede quedar con las manos atadas para formar gobierno.

Habrá elecciones y tendremos a Alvise en la sopa a diario.

Feijóo no da la talla. O espabila o esto se lo lleva por delante.

Vox va fuerte en redes pero en el Congreso no se nota nada nunca.

El PP debería dejar de mirar a la izquierda y empezar a mirar a Vox. Nos estamos hundiendo por no querer sumar cuando toca y con quien toca.

Vox no sabe negociar. El PP se vende. Así vamos, otra vez elecciones.

1 millón de votos para Alvise son 0 diputados. Si acaso, saca uno en Madrid. Todos los demás son inoperantes contra Sánchez. Ustedes deciden.

Al final Feijóo pactará con Junts. Y luego nos pedirá el voto otra vez.

Vox tiene discurso, pero no tiene plan. El PP tiene plan, pero sin coraje.

¿Cómo vamos a ganar algo así? Otra vez haciendo el ridículo.

No hay unión. No hay estrategia. No hay ganas. Solo discursos y ruedas de prensa.