El islam estricto y la tenencia de perros: de la impureza a la utilidad
Publicado: Sab Jun 07, 2025 12:03 am
El islam estricto y la tenencia de perros: de la impureza a la utilidad
En el islam o islamismo estricto, tener perros como mascotas está mal visto. No se acepta la convivencia con ellos dentro del hogar, y menos aún por motivos afectivos. La idea dominante es que los perros son impuros.
Según muchas interpretaciones, la saliva del perro invalida la oración si no se realiza una purificación especial. Algunos hadices incluso afirman que los ángeles no entran en casas donde hay perros. Por eso, en este marco religioso, su presencia es rechazada.
El islam estricto solo admite perros si cumplen funciones útiles: vigilar, cazar o pastorear. Se toleran como herramientas, pero nunca como compañía emocional. Tener un perro “por cariño” se considera una imitación de costumbres ajenas al islam.
Además, desde esta perspectiva se desprecia el animalismo moderno. Se le ve como una moda occidental que altera el orden moral. Mostrar afecto por los animales se interpreta como una distracción del deber religioso.
En suma, el islamismo estricto permite al perro como servidor, pero no como amigo. La pureza, la disciplina y la utilidad están por encima del vínculo afectivo. Para sus seguidores, el perro no es parte de la familia, sino un límite espiritual.
En el islam o islamismo estricto, tener perros como mascotas está mal visto. No se acepta la convivencia con ellos dentro del hogar, y menos aún por motivos afectivos. La idea dominante es que los perros son impuros.
Según muchas interpretaciones, la saliva del perro invalida la oración si no se realiza una purificación especial. Algunos hadices incluso afirman que los ángeles no entran en casas donde hay perros. Por eso, en este marco religioso, su presencia es rechazada.
El islam estricto solo admite perros si cumplen funciones útiles: vigilar, cazar o pastorear. Se toleran como herramientas, pero nunca como compañía emocional. Tener un perro “por cariño” se considera una imitación de costumbres ajenas al islam.
Además, desde esta perspectiva se desprecia el animalismo moderno. Se le ve como una moda occidental que altera el orden moral. Mostrar afecto por los animales se interpreta como una distracción del deber religioso.
En suma, el islamismo estricto permite al perro como servidor, pero no como amigo. La pureza, la disciplina y la utilidad están por encima del vínculo afectivo. Para sus seguidores, el perro no es parte de la familia, sino un límite espiritual.