Nicolás Alpériz: El alma costumbrista de Sevilla y Andalucía
Publicado: Sab May 17, 2025 12:31 am
Nicolás Alpériz: El alma costumbrista de Sevilla y Andalucía
Nicolás Jiménez Caballero Alpériz (Sevilla, 1865 - Sevilla) fue un destacado pintor costumbrista español, conocido por su técnica ágil y precisa, así como por su capacidad para capturar la esencia de la vida y los paisajes de su entorno, especialmente de Sevilla y Alcalá de Guadaíra. Aunque firmaba sus obras únicamente como Nicolás Alpériz, su nombre completo refleja su origen humilde y su trayectoria singular en el panorama artístico sevillano.
Orígenes y formación
Nacido en Sevilla en 1865, Alpériz provenía de una familia de recursos limitados. Antes de dedicarse a la pintura, trabajó como sastre, una profesión que abandonó para seguir su vocación artística. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, donde tuvo como maestros a figuras destacadas como Eduardo Cano, Manuel Barrón y José Jiménez Aranda. Este último, en particular, influyó notablemente en su estilo, que se caracterizó por una marcada inclinación hacia el costumbrismo y el paisajismo.
Carrera artística
Alpériz se convirtió en una figura relevante de la escuela sevillana en una época marcada por la transición entre el academicismo y las corrientes vanguardistas. Su obra se distinguió por su independencia creativa y una versatilidad que abarcó diversos géneros: escenas costumbristas, retratos, composiciones históricas, ilustraciones para libros y paisajes. Su pertenencia a la escuela paisajística de Alcalá de Guadaíra, localidad donde residió durante largos periodos, marcó profundamente su producción. En sus cuadros, reflejó con gran sensibilidad las gentes, los paisajes y la atmósfera de esta zona, dotándolos de un carácter auténtico y vibrante.
Viajeros en un camino lluvioso de Nicollás Alpériz Una de sus obras más reconocidas es "Cuento de Brujas", que obtuvo un premio en la Exposición Universal de París de 1898 y se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, junto con otras de sus creaciones. Este reconocimiento internacional subraya la calidad de su trabajo, que combinaba precisión técnica con un enfoque profundamente humano y cotidiano.
Alpériz también destacó por su interés en el mundo taurino, como se aprecia en obras como "Despedida del torero", que capturan la intensidad emocional y el colorido de la tauromaquia, un tema recurrente en el costumbrismo andaluz. Su capacidad para plasmar la vida popular sin caer en idealizaciones exageradas le valió el respeto de sus contemporáneos.
Despedida del torero, Nicolás Alpériz Personalidad y legado
A pesar de su talento, Alpériz se mantuvo al margen de las rivalidades que caracterizaban el ambiente artístico de su tiempo, cuando los pintores competían por premios y reconocimiento en exposiciones oficiales debido a la falta de mecenazgos. Su modestia y su carácter afable le granjearon el cariño de compañeros, marchantes y críticos, quienes lo consideraban una figura principal en una época compleja. Como él mismo expresó, Alpériz "hizo arte por pan", reflejando cómo la pintura fue tanto su pasión como un medio de subsistencia.
Su obra, aunque no siempre alcanzó la proyección de otros artistas de su generación, sigue siendo valorada por su autenticidad y su conexión con la tradición sevillana. La Diputación de Sevilla dedicó en 2020 el número 119 de su colección "Arte Hispalense" a Alpériz, con el libro Nicolás Alpériz. Arte por pan, escrito por José Romero Portillo, que resalta su contribución al arte andaluz y su vida marcada por la humildad y el compromiso con su oficio.
Fallecimiento
Nicolás Alpériz falleció en Sevilla el 23 de noviembre de 1928, dejando un legado artístico que continúa siendo estudiado y apreciado, especialmente en el contexto de la escuela sevillana y el costumbrismo español. Sus obras, expuestas en instituciones como el Museo de Bellas Artes de Sevilla, son un testimonio de su habilidad para capturar la esencia de su tiempo y lugar con una mirada sincera y profundamente humana.
Nicolás Jiménez Caballero Alpériz (Sevilla, 1865 - Sevilla) fue un destacado pintor costumbrista español, conocido por su técnica ágil y precisa, así como por su capacidad para capturar la esencia de la vida y los paisajes de su entorno, especialmente de Sevilla y Alcalá de Guadaíra. Aunque firmaba sus obras únicamente como Nicolás Alpériz, su nombre completo refleja su origen humilde y su trayectoria singular en el panorama artístico sevillano.
Orígenes y formación
Nacido en Sevilla en 1865, Alpériz provenía de una familia de recursos limitados. Antes de dedicarse a la pintura, trabajó como sastre, una profesión que abandonó para seguir su vocación artística. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, donde tuvo como maestros a figuras destacadas como Eduardo Cano, Manuel Barrón y José Jiménez Aranda. Este último, en particular, influyó notablemente en su estilo, que se caracterizó por una marcada inclinación hacia el costumbrismo y el paisajismo.
Carrera artística
Alpériz se convirtió en una figura relevante de la escuela sevillana en una época marcada por la transición entre el academicismo y las corrientes vanguardistas. Su obra se distinguió por su independencia creativa y una versatilidad que abarcó diversos géneros: escenas costumbristas, retratos, composiciones históricas, ilustraciones para libros y paisajes. Su pertenencia a la escuela paisajística de Alcalá de Guadaíra, localidad donde residió durante largos periodos, marcó profundamente su producción. En sus cuadros, reflejó con gran sensibilidad las gentes, los paisajes y la atmósfera de esta zona, dotándolos de un carácter auténtico y vibrante.
Viajeros en un camino lluvioso de Nicollás Alpériz Una de sus obras más reconocidas es "Cuento de Brujas", que obtuvo un premio en la Exposición Universal de París de 1898 y se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, junto con otras de sus creaciones. Este reconocimiento internacional subraya la calidad de su trabajo, que combinaba precisión técnica con un enfoque profundamente humano y cotidiano.
Alpériz también destacó por su interés en el mundo taurino, como se aprecia en obras como "Despedida del torero", que capturan la intensidad emocional y el colorido de la tauromaquia, un tema recurrente en el costumbrismo andaluz. Su capacidad para plasmar la vida popular sin caer en idealizaciones exageradas le valió el respeto de sus contemporáneos.
Despedida del torero, Nicolás Alpériz Personalidad y legado
A pesar de su talento, Alpériz se mantuvo al margen de las rivalidades que caracterizaban el ambiente artístico de su tiempo, cuando los pintores competían por premios y reconocimiento en exposiciones oficiales debido a la falta de mecenazgos. Su modestia y su carácter afable le granjearon el cariño de compañeros, marchantes y críticos, quienes lo consideraban una figura principal en una época compleja. Como él mismo expresó, Alpériz "hizo arte por pan", reflejando cómo la pintura fue tanto su pasión como un medio de subsistencia.
Su obra, aunque no siempre alcanzó la proyección de otros artistas de su generación, sigue siendo valorada por su autenticidad y su conexión con la tradición sevillana. La Diputación de Sevilla dedicó en 2020 el número 119 de su colección "Arte Hispalense" a Alpériz, con el libro Nicolás Alpériz. Arte por pan, escrito por José Romero Portillo, que resalta su contribución al arte andaluz y su vida marcada por la humildad y el compromiso con su oficio.
Fallecimiento
Nicolás Alpériz falleció en Sevilla el 23 de noviembre de 1928, dejando un legado artístico que continúa siendo estudiado y apreciado, especialmente en el contexto de la escuela sevillana y el costumbrismo español. Sus obras, expuestas en instituciones como el Museo de Bellas Artes de Sevilla, son un testimonio de su habilidad para capturar la esencia de su tiempo y lugar con una mirada sincera y profundamente humana.