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Tyrone Power, sangre y leyenda

Tyrone Edmund Power III, nacido el 5 de mayo de 1914 en Cincinnati, Ohio, y fallecido el 15 de noviembre de 1958 en Madrid, fue una de las grandes estrellas de Hollywood en las décadas de 1930 y 1940. Hijo de actores de origen irlandés, Power heredó el talento escénico de su familia, debutando en teatro antes de irrumpir en el cine en 1932. Su atractivo físico, carisma y versatilidad lo convirtieron en ídolo de masas, siendo la respuesta de Twentieth Century Fox a Errol Flynn. Protagonizó cerca de 50 películas, destacándose en roles de capa y espada, dramas y romances, como El signo del Zorro (1940), Sangre y arena (1941) y Testigo de cargo (1957).

En Sangre y arena, Power encarnó a Juan Gallardo, un torero cuya ascensión y caída reflejaron su capacidad para roles dramáticos intensos. Su interpretación, llena de energía y matices, consolidó su estatus como héroe romántico y cultural, especialmente para audiencias latinas. Además de su carrera cinematográfica, Power sirvió en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial y brilló en teatro en los años cincuenta. Casado tres veces, tuvo tres hijos, incluyendo a Romina Power. Su muerte prematura a los 44 años, por un infarto mientras rodaba Salomón y la reina de Saba, conmocionó al mundo. Power dejó un legado como icono del Hollywood clásico, recordado por su sensibilidad y talento.

Tyrone Power y el esplendor de Sangre y arena

En el aniversario del nacimiento de Tyrone Power, el legendario actor que cautivó al mundo con su carisma y talento, es imposible no detenerse en Sangre y arena (Blood and Sand, 1941), la obra maestra dirigida por Rouben Mamoulian que consolidó su lugar entre los grandes de Hollywood. Nacido el 5 de mayo de 1914 en Cincinnati, Power no solo fue un ídolo de matiné, sino un intérprete versátil que dio vida a personajes complejos, como el torero Juan Gallardo, en esta adaptación de la novela de Vicente Blasco Ibáñez.

Sangre y arena narra la ascensión y caída de Gallardo, un campesino analfabeto que alcanza la gloria en las plazas de toros, solo para ser consumido por la ambición y la seducción de Doña Sol, interpretada por una magnética Rita Hayworth. Power, con su presencia vibrante y su capacidad para transmitir arrogancia juvenil y vulnerabilidad, ofrece una actuación que trasciende el melodrama. Su preparación para el papel no estuvo exenta de desafíos: asistió a una corrida de toros con su esposa Annabella, pero la violencia del espectáculo lo afectó tanto que debió abandonar el evento, un episodio que, según cuentan, enriqueció su interpretación con una autenticidad visceral.

La dirección de Mamoulian eleva la película a una experiencia visual única. Inspirado por pintores españoles como El Greco, Goya y Velázquez, el director creó una paleta de colores que evoca lienzos vivos, ganando el Óscar a la Mejor Fotografía para Ernest Palmer y Ray Rennahan. Mamoulian, un innovador técnico, usaba pistolas de pintura para ajustar tonos en el set y pintaba sombras directamente en las paredes, logrando un estilo pictórico que realzaba la intensidad emocional de la historia.

El reparto, con Linda Darnell como la fiel Carmen y Anthony Quinn como el rival Manolo, complementa la narrativa de pasión y tragedia. La química entre Power y Hayworth, cuya voz fue doblada por Gracilla Pirraga, enciende la pantalla, mientras que la música de Alfred Newman envuelve la cinta en una atmósfera española inolvidable.

Para Power, Sangre y arena fue una prueba de fuego. Comparado con Rudolph Valentino, quien protagonizó la versión muda de 1922, Power superó las expectativas, ganándose el cariño de audiencias latinas y consolidándose como un héroe cultural. Su actuación en esta cinta, junto a roles en El signo del Zorro y Capitán de Castilla, lo convirtió en un símbolo de valentía y romanticismo.

Sin embargo, la película también está marcada por la tragedia. Power falleció de un infarto en 1958 mientras rodaba en Madrid, y varios de sus compañeros de Sangre y arena, como Linda Darnell y Laird Cregar, enfrentaron destinos trágicos. Esta sombra no opaca el brillo de la cinta, que sigue siendo un testimonio del talento de Power y del arte de Mamoulian.

Al recordar a Tyrone Power, Sangre y arena permanece como un hito del cine clásico, una obra donde el color, la pasión y el drama se entrelazan para inmortalizar a una estrella que, como su personaje, brilló intensamente antes de desvanecerse demasiado pronto. Disponible en plataformas como Filmin, esta película invita a nuevas generaciones a descubrir el legado de un icono.

Tyrone Power, el padre de Romina Power, famosa cantante con su esposo Albano. Su hija un día desapareció, en plena adolescencia y no se ha vuelto a saber nada de ella.