Foros Toreros

Así me lo contó una amiga: Una amiga poeta no sabía qué eran los toros. Le hablé del mito, de la muerte en el ruedo, y la llevé. Vio al torero y al toro en su danza final y se le humedecieron los ojos. Me dijo: ‘Es como un verso que duele’. Ahora va sola y escribe sobre lo que siente.

Yo me topé con un alemán en el AVE. Me dijo que quería conocer la ‘España auténtica’. Le llevé a los toros esa misma tarde. No entendió nada al principio, pero le fascinó todo: el silencio de la plaza, la música, los trajes, la arquitectura. Me dijo que era como entrar en una ópera pero sin libreto. Desde entonces, cada vez que viene, me pregunta qué toros hay.

Un amigo mío y su sobrino: al sobrino le gusta Vinicius, el reguetón y los videojuegos. Le dijo: ‘vente a los toros, que esto tiene más tensión que una tanda de penaltis’. Se vino y se quedó pillado. Cuando el torero se puso de rodillas delante del toro, soltó un ‘¡buah!’ que se oyó en el tendido entero. Al final, me pidió volver el domingo siguiente.

Mi hermano, que ama los documentales de bichos, decía que los toros no eran lo suyo. Lo llevé y le señalé: ‘Fíjate en ese toro, pura fuerza viva’. Se quedó boquiabierto con el animal bramando. Al salir me dijo: ‘Qué bestia tan noble’. Ya me acompaña cuando hay buena ganadería.

Muchos consideran la tauromaquia un arte, donde el torero demuestra destreza, elegancia y valentía. Observar cómo se mueve el torero, cómo domina al toro y cómo ejecuta cada pase es una muestra de habilidad y estética que puede sorprender a los no taurinos.

A mi me contó esto un amigo, y le creo: Mi colega fiestera no pillaba lo de los toros. La llevé y le dije: ‘Es un sarao con extra de emoción’. Entre los gritos, el pasodoble y el jaleo del tendido, se puso a dar olés como loca. Me soltó: ‘¡Esto es una juerga total!’ Ahora siempre le pide entradas.

Un amigo harto del móvil y las redes vino conmigo a los toros. Le dije: ‘Aquí no hay postureo, solo verdad’. Vio al torero jugársela y al toro embistiendo sin trampa. Al acabar me dijo: ‘Esto es lo más real que he visto en años’.

Mi primo, que debate todo, decía que los toros eran crueldad. Lo llevé y le solté: ‘Juzga tú mismo’. Vio una faena buena y se quedó pensando. Luego dijo: ‘No sé si estoy a favor, pero esto tiene algo que engancha’. Ahora va para sacar sus propias conclusiones.

"Una turista japonesa me preguntó qué hacer en España. La llevé a los toros y le susurré: ‘Es un rito, como un teatro sagrado’. El silencio, la música, los trajes la hipnotizaron. Me dijo: ‘Es bello y extraño, como un sueño’. Vuelve cada año para sentirlo otra vez."

Las corridas de toros generan debates intensos. Ir te permitirá formarte una opinión propia basada en la experiencia directa, en lugar de depender de lo que otros dicen. Es una forma de entender por qué esta tradición ha perdurado y qué la hace tan especial para sus seguidores.