Foros Toreros

Dicen que la tauromaquia vive de subvenciones, pero los números son claros: miles de empleos rurales, millones en IVA y riqueza que sostiene al campo bravo, la cultura y la hacienda pública española.

Que venga a San Isidro y lo diga allí, frente a veintitrés mil gargantas encendidas.

Baroja cambió de opinión muchas veces. Iglesias, en cambio, repite dogmas como si fueran palabra divina.

El cliché de “cosa de viejos” no se sostiene: hay peñas juveniles que llenan plazas y viven el toro como propio.

Si la mayoría odiara los toros, las plazas estarían vacías. El vacío está en el partido de Iglesias.

No cumple sus promesas de vida austera, pero quiere decidir qué es cultura para todos.

La tauromaquia es patrimonio vivo, con raíces en la historia y el arte. No desaparece con un tuit.

Decir “la gente” como si fuese un oráculo es un engaño. La gente habla en las urnas, no en tertulias.

Iglesias nunca menciona que el sector taurino aporta millones en impuestos. Prefiere eslóganes fáciles a datos incómodos.

Provoca porque sabe que la tauromaquia está fuerte: peñas activas, juventud comprometida y aficionados que no se esconden.