Jóvenes, toros y algoritmo: Si cambia el algoritmo, cambia la cultura

[El_Estudiante]

Jóvenes, toros y algoritmo: Si cambia el algoritmo, cambia la cultura

¿Hay alguna red social que no persiga los toros? Instagram censura; YouTube también; Facebook es propietaria de Instagram, ergo… Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que los toros no entran en el algoritmo de la cultura. Y ahora, desde esta época reciente, la juventud vuelve a los toros.

Un algoritmo no es una especie de monstruo tecnológico, aunque a veces se comporte como uno. Es, en realidad, una serie de instrucciones invisibles que ordenan qué aparece en tu pantalla y en qué momento. Decide si ves un vídeo de un festival, una noticia, un meme… o nada. No piensa, pero tiene poder: organiza tus intereses como si fueran fichas en un tablero. Y ni tú ni nadie se entera de la manipulación.

Cuando entras a una red social, no ves “todo lo que hay”: ves lo que ese algoritmo considera que te mantendrá más tiempo mirando. Y si algo no
encaja —como la tauromaquia—, simplemente no aparece. Así, el algoritmo no solo selecciona contenido: construye la realidad que habitas.

Pero hay jóvenes que no quieren que les construyan la realidad. Que rechazan que una máquina les diga qué pueden sentir, mirar o admirar. Y en esa búsqueda de libertad cultural, muchos descubren la tauromaquia como un acto radical de rebeldía: un territorio no domesticado por los algoritmos.

Los jóvenes rebeldes siguen la bandera de la tauromaquia para esquivar la tiranía del algoritmo. No porque estén huyendo al pasado, sino porque están buscando un espacio propio, fuera de la burbuja digital. Un lugar donde no manda la pantalla, sino la emoción real.