Carla Otero y el giro de su muleta: del ruedo a la enseñanza
Publicado: Vie Nov 07, 2025 12:21 am
Carla Otero y el giro de su muleta: del ruedo a la enseñanza
La novillera Carla Otero, natural de Valdeaveruelo (Guadalajara), ha dado un inesperado paso en su carrera taurina al incorporarse al cuadro docente de la Escuela Taurina de Madrid “José Cubero Yiyo”. Apenas dos años después de su debut con picadores, la joven torera cambia el traje de luces por el de profesora, en una transición que ha despertado tanto curiosidad como escepticismo dentro del mundo taurino.
Otero fue una de las grandes promesas de su generación. Con temple y decisión, debutó en 2022 y llegó a conquistar el prestigioso “Zapato de Plata” de Arnedo. Pero la cornada sufrida en 2023 en El Casar, tan seria como aleccionadora, detuvo su proyección y la obligó a mirar el toreo desde otro ángulo. Esa herida, lejos de ser un final, parece haberse transformado en un punto de partida: enseñar a otros lo que el toro le enseñó a ella.
La Escuela “Yiyo”, bajo la dirección de Fernando Robleño, la ha recibido como parte de su nuevo equipo de formadores. Su misión será acompañar a los alumnos más jóvenes, esos que sueñan con sentir el peso del traje de luces y la soledad del albero. Carla aportará su frescura, su manera de interpretar el toreo y, sobre todo, la lección de que el valor no consiste solo en ponerse delante del toro, sino también en levantarse después.
La novillera Carla Otero, natural de Valdeaveruelo (Guadalajara), ha dado un inesperado paso en su carrera taurina al incorporarse al cuadro docente de la Escuela Taurina de Madrid “José Cubero Yiyo”. Apenas dos años después de su debut con picadores, la joven torera cambia el traje de luces por el de profesora, en una transición que ha despertado tanto curiosidad como escepticismo dentro del mundo taurino.
Otero fue una de las grandes promesas de su generación. Con temple y decisión, debutó en 2022 y llegó a conquistar el prestigioso “Zapato de Plata” de Arnedo. Pero la cornada sufrida en 2023 en El Casar, tan seria como aleccionadora, detuvo su proyección y la obligó a mirar el toreo desde otro ángulo. Esa herida, lejos de ser un final, parece haberse transformado en un punto de partida: enseñar a otros lo que el toro le enseñó a ella.
La Escuela “Yiyo”, bajo la dirección de Fernando Robleño, la ha recibido como parte de su nuevo equipo de formadores. Su misión será acompañar a los alumnos más jóvenes, esos que sueñan con sentir el peso del traje de luces y la soledad del albero. Carla aportará su frescura, su manera de interpretar el toreo y, sobre todo, la lección de que el valor no consiste solo en ponerse delante del toro, sino también en levantarse después.