Pablo Iglesias puede darnos conferencias sobre este capítulo de Venezuela: la violencia orquetada desde el poder para controlar a la población.

Me fascina cómo algunos se mudan al campo soñando con Heidi y luego quieren que el gallo se calle y la vaca use tapones. Qué maravilla de urbanitas ecológicos de salón.

Que no cunda el pánico. Un toro no es un ninja. Tiene límites y acabará en un prado con panza llena. Y alguien le dará anestesia.

Morenito tiene un concepto muy templado. Si le salen toros con ritmo puede cuajar faenas de categoría.

En Gijón... en la playa de San Lorenzo exige espacio para su yorkshire, le coloca unas gafas de sol infantiles y luego protesta porque la arena “no está fina como en la Costa Brava”.

Yo lo veo claro: la cláusula del rabo es la moderna puntilla. Si no estampas tu firma, ni te quitan la chaqueta. Pero vaya papelón tener que sacar un NDA antes de bajarte los calzones.

El PP debería dejar de mirar a la izquierda y empezar a mirar a Vox. Nos estamos hundiendo por no querer sumar cuando toca y con quien toca.

Ojo, que en esa plaza ha habido otras polémicas. El uso mixto como auditorio y plaza ha generado líos antes. Pero esta vez se han pasado de frenada. Todo apunta a que alguien quiere quitar de en medio a Carbonell, sea como sea.

¡No! No lo veo. Ni en una playa. Ni en Ibiza las mujeres se lanzaran a bailar sin suje!

¿Y si en vez de subvencionar asociaciones culturales sin control, se hiciera una auditoría seria de qué valores están enseñando en esas mezquitas y centros?